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+<article id="nota" itemscope itemtype="http://schema.org/NewsArticle" data-login="false" data-loginposwall="false" data-asociarposwall="false">
+ <div>
+ <p itemprop="description">Los pueblos indígenas reclaman por derechos que permanecen
+ incumplidos, por eso es más eficiente canalizar la protesta que reprimirla</p>
+ </div>
+ <section id="cuerpo" itemprop="articleBody">
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+ <p>Abdullah Ocalan, el líder independentista kurdo, desembarcó en Italia en noviembre de
+ 1998 y pidió asilo político. Arrastraba un pedido de captura de Turquía, donde era acusado por
+ terrorismo. El ex comunista Massimo D'Alema, recién asumido, dudaba. Acoger a Ocalan implicaba comprarse
+ un problema con un aliado de la OTAN e importar un conflicto ajeno, pero deportarlo lo exponía a la pena
+ de muerte, legal en Turquía pero inadmisible en la Unión Europea. Optó por la estrecha avenida del
+ medio: se ignoró el mandato de captura al tiempo que se negó el asilo, presionando a Ocalan para que se
+ fuera por las suyas. Tras una carambola a tres bandas, fue capturado por agentes turcos en Kenia, donde
+ se encontraba bajo la protección del embajador griego, mientras intentaba abordar un avión hacia
+ Holanda. Desde febrero de 1999 permanece en una cárcel de máxima seguridad en la isla turca de
+ Imrali.</p>
+ <p>Uno de los autores de esta columna vivía en Italia en esa época y siguió la crisis de cerca; el otro la
+ estudió en profundidad, años más tarde. Pero no hacía falta: cualquiera puede encontrar esta información
+ a un clic de distancia. Eso fue lo que no hizo un periodista de un diario argentino, que no es la
+ nacion. La semana pasada se publicaron extractos de un "informe de carácter secreto" que mencionaba
+ supuestos contactos internacionales de organizaciones mapuches. Entre ellos aparecía Ocalan, a quien el
+ informe ubicó "con domicilios en Palermo y en el centro porteño", y aseguraba incluso que había sido
+ visto "en Neuquén, Río Negro y Chubut durante el juicio a Jones Huala".</p>
+ <figure>
+ <p><span title="Ampliar imagen"></span><img src="http://bucket2.glanacion.com/anexos/fotos/77/conflicto-mapuche-2585177w280.jpg"></p>
+ <figcaption id="epigrafe2585177">Foto: LA NACION</figcaption>
+ </figure>
+
+ <p>Esta falsa noticia fue la más rocambolesca de una larga cadena. Dos hechos quedaron en evidencia:
+ primero, que hay periodistas que no chequean la información; segundo, que los servicios de inteligencia
+ los utilizan para manipular la agenda pública. Y sobre los servicios hay dos posibilidades: o son burros
+ o son perversos. Las opciones no son excluyentes, aunque cualquiera alcanza para tornarlos indignos de
+ confianza. Sin embargo, de ellos proviene la información que alimenta a muchos medios de comunicación y,
+ aún más grave, al Estado argentino.</p>
+ <p>El reguero de noticias falsas y vínculos brumosos tiene, paradójicamente, un objetivo prístino: asociar
+ la acción de los grupos mapuches con el terrorismo internacional. Comunicadores, analistas y escritores
+ alineados con el discurso oficial llegaron a relacionar las ideas de las organizaciones patagónicas con
+ las de Estado Islámico (ISIS) de Irak y Siria. El terrorismo carece de definiciones consensuales y ha
+ sido utilizado para emparentar cosas bien diferentes. Aunque el líder mapuche más radicalizado (y menos
+ representativo) declare que propician "un proceso de construcción de autonomía sin pedirle permiso al
+ Estado", vincular a un grupo que reclama tierras en la región de sus ancestros con otro que busca
+ gobernar el mundo según sus normas religiosas y ha masacrado a miles de personas requiere de una
+ operación intelectual tan audaz como inadecuada.</p>
+
+ <p>La asociación con el movimiento kurdo, en cambio, asoma menos inverosímil. Desde su arresto, Ocalan
+ transformó su pensamiento: de una visión nacionalista con inspiración estalinista evolucionó al
+ confederalismo democrático, una propuesta de organización comunal, ecologista, más apegada a las raíces
+ locales que a las fronteras nacionales. Parece lógico que esas ideas resuenen en agrupamientos
+ indígenas, que reivindican una organización anterior a la consolidación de los Estados sudamericanos.
+ Los paralelos, sin embargo, terminan allí. En Chile, donde el conflicto ha tenido su desarrollo más
+ dramático, la Sociedad de Fomento Agrícola denunció en 2014 que los insurrectos causaron daños por 10
+ millones de dólares y la muerte de tres agricultores y un carabinero a lo largo de 15 años; en la
+ Argentina, por ahora, se registran actos de vandalismo, ocupaciones de tierras y cortes de rutas
+ aislados. En contraste, el conflicto entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán y la República
+ de Turquía se cobró cerca de 40.000 vidas en los años 90 y lleva más de 2000 desde la reanudación de
+ hostilidades en 2015.</p>
+ <p>Consultada sobre esta desproporción, una fuente de los servicios nos la resumió así: "La estrategia de la
+ Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), de Chile, y ahora de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), más que
+ matar directamente, es realizar sabotajes, movilizaciones, ataques a iglesias y empresas y mucha
+ prensa". ¡En Medio Oriente pagarían por un terrorismo así! Ningún hecho de violencia debe ser
+ minimizado, pero las analogías no resisten prueba.</p>
+
+ <p>La "cuestión mapuche" es social antes que policial. La Constitución manda "reconocer la preexistencia
+ étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad?; reconocer
+ la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que
+ tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano".
+ Estos derechos permanecen incumplidos. Y no son un capricho chavista: los países que reputamos serios
+ también los reconocen. En Estados Unidos, las reservaciones indígenas ocupan 80.000 kilómetros
+ cuadrados, el 1,3% de la superficie del país (y 400 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires).
+ En Canadá, unas 2300 reservas ocupan 28.000 kilómetros cuadrados. Australia otorga a los pueblos
+ indígenas más de la mitad de los territorios del norte del país y son los nativos quienes negocian con
+ las empresas mineras los permisos para que operen en sus tierras. En Nueva Zelanda existen tribunales
+ especiales con jurisdicción sobre las tierras ancestrales de los maoríes; una de sus ventajas es que
+ empoderan a los aborígenes individualmente, liberándolos del yugo de los caciques.</p>
+ <p>La protesta social es indisociable de la democracia. Cuando desborda, recanalizarla es más eficiente que
+ reprimirla: ahí reside el arte del acuerdo. En la Argentina la tarea es delicada porque pocos confían en
+ la imparcialidad de las instituciones. Entonces, cada actor reivindica sus intereses con los medios de
+ que dispone: los sindicatos hacen huelga, los estudiantes toman colegios, los empresarios cierran las
+ fábricas y todos hacen piquetes. El politólogo Samuel Huntington definía una sociedad así como
+ pretoriana y el jurista Carlos Nino llamó a la Argentina "un país al margen de la ley". Al movilizarse
+ por sus derechos y desconfiar del Estado, la comunidad mapuche se demuestra bien argentina.</p>
+ <p>Las cinco provincias patagónicas tienen una población similar a la de La Matanza. A diferencia de los
+ Estados Unidos, que se integraron hacia el oeste otorgando parcelas de tierra a los colonizadores, y de
+ Brasil, donde el rol de ocupación y desarrollo territorial fue cumplido por las fuerzas armadas, la
+ Argentina obvió la tarea integradora tras consolidar su soberanía a finales del siglo XX. Hoy sobra
+ tierra y falta gente. Gobernar sigue siendo poblar, pero también integrar.</p>
+ <p>Seamos claros: ningún individuo u organización tiene derecho a violar la ley. Pero el problema histórico
+ del Estado argentino no fue tanto quiénes lo desafiaron como quiénes lo gobernaron. Cambiemos.</p>
+ <p><b><i>Andrés Malamud es politólogo e investigador en la Universidad de Lisboa. Martín Schapiro es abogado
+ administrativista y analista internacional</i></b></p>
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+ </section>
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